El inquietante "Hotel Fantasma" en Corea del Norte que no ha tenido ni un cliente
Condenado desde el principio
Ideado en la década de 1980 como muestra del poderío de Corea del Norte durante la Guerra Fría, el Hotel Ryugyong nunca ha abierto sus puertas, ni siquiera brevemente. En cambio, lleva 40 años elevándose sobre la capital norcoreana, Pyongyang: inacabado, semiabandonado y envuelto en el misterio, pero no olvidado. Aquí descubrimos su accidentado pasado y sus curiosos secretos, y echamos un raro vistazo al interior del llamado "Hotel de la Perdición".
Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Un pasado turbulento
La península coreana, una sola nación antes de ser anexada a Japón en 1910, ha vivido un siglo extremadamente turbulento. La Segunda Guerra Mundial condujo rápidamente a la Guerra de Corea (1950-1953), tras la cual el país quedó dividido en dos partes: Corea del Sur y Corea del Norte. La primera es un país capitalista con apoyo estadounidense, que se convirtió en una democracia en 1987 y ahora es un centro tecnológico y una de las principales economías del mundo. Mientras tanto, Corea del Norte es un estado comunista totalitario dirigido por la dinastía Kim. Contó con el apoyo de la Unión Soviética hasta su desaparición en 1991. La rivalidad de la Guerra Fría entre ambos países y sus diferentes sistemas fue una gran parte de la motivación del proyecto del Hotel Ryugyong.
Había una vez...
La historia del hotel comenzó en 1986, cuando el hotel Westin Stamford abrió sus puertas en Singapur y se convirtió en el hotel más alto del mundo. Lo construyó una empresa surcoreana, y el hotel Ryugyong se concibió en parte para arrebatarle el récord al Westin Stamford, así como para abrir un canal de inversión occidental en Corea del Norte. Se cree que el gobierno norcoreano esperaba atraer inversiones extranjeras por valor de 230 millones de dólares cuando el proyecto empezó a construirse en 1987. En la foto aparece la obra en 1990.
Un diseño práctico
La imponente estructura consta de tres alas, cada una de las cuales asciende hasta la punta de 330 m de altura y se inclina en un ángulo de 75 grados. Los norcoreanos no disponían de los avanzados materiales de construcción que se emplean en la mayoría de los rascacielos modernos y, en su lugar, recurrieron al hormigón armado, por lo que la física dictó en parte la forma del edificio. Para alcanzar la altura prevista, tenía que haber una gran base y una parte superior cónica para soportar el enorme peso del edificio.
La pirámide más alta del mundo
Es difícil poner en contexto el enorme tamaño del hotel cuando es el único rascacielos que perfora el cielo de Pyongyang, pero es el edificio piramidal más alto del mundo, superando incluso al Shard de Londres y a la Pirámide Transamérica de San Francisco. La superficie total es de algo menos de 360,000 m2, un poco escasa para una torre de semejante altura y estatura.
Un símbolo de la capital
El rascacielos es tan alto, más que nada en el resto de Pyongyang, que puede verse a kilómetros de distancia; aquí aparece fotografiado en 2011 en una carretera de acceso a la ciudad. El hotel debe su nombre a un apodo histórico de Pyongyang, que significa "capital de los sauces". Al parecer, se pretendía que tuviera también la forma de un sauce, pero el diseño retro soviético hizo que se pareciera más a un cohete o un misil, por lo que los guías locales a veces se refieren a él con humor como "la plataforma de lanzamiento de misiles".
Servicios ambiciosos
El cuerpo del hotel se diseñó para albergar al menos 3,000 habitaciones, mientras que el cono de la parte superior debía albergar ocho plantas giratorias y otras seis estáticas, así como una plataforma mirador. Las plantas giratorias debían albergar cinco restaurantes giratorios que ofrecieran cenas de alto nivel y vistas panorámicas de 360 grados de la ciudad, además de las habitaciones más exclusivas del hotel.
Tira y afloja político
Corea del Sur estaba en pleno auge a finales de la década de 1980: Seúl se preparaba para albergar los Juegos Olímpicos de 1988 (en la foto) y el país se encontraba a medio camino de la transición hacia una democracia capitalista. Naturalmente, el Norte boicoteó las Olimpiadas y, como respuesta, organizó el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Pyongyang en 1989. Se suponía que el Hotel Ryugyong estaría listo para el acontecimiento, para debutar en la escena mundial como símbolo de la grandeza norcoreana. Pero debido a una serie de problemas de ingeniería, estaba inacabado cuando comenzó el festival.
Un proyecto fallido
El gobierno ya había invertido miles de millones en ampliar el aeropuerto de Pyongyang, pavimentar nuevas carreteras y construir un estadio para el festival, y el inicio del colapso de la Unión Soviética más tarde, en 1989, fue un desastre para Corea del Norte. Privado de ayuda e inversiones vitales y sin ningún otro lugar al que recurrir, el hermético estado entró en una crisis económica a gran escala. La gran inauguración del hotel se planificó de nuevo para que coincidiera con las celebraciones del 80 cumpleaños del entonces presidente Kim Il Sung en 1992, pero esto tampoco llegó a producirse.
Fin de las construcciones
El exterior de hormigón del rascacielos estaba terminado en 1992, pero la construcción se detuvo tan rápidamente que una grúa quedó abandonada en la parte superior del edificio. Los periódicos japoneses estimaron que la construcción había costado hasta entonces al gobierno norcoreano unos 750 millones de dólares, o el 2% del PIB de Corea del Norte en aquella época. La sombra amenazadora del edificio se mantuvo sobre la capital durante otros 16 años antes de que se reanudaran las obras.
Hotel de la Perdición
Durante años, el armazón hueco del edificio permaneció abandonado – un centenar de plantas aparentemente vacías acumulando polvo y suciedad – el edificio parecía sacado de una película distópica y apocalíptica. Fue durante este tiempo cuando la monstruosa estructura, que se elevaba sobre el resto de los edificios de Pyongyang, se ganó el apodo de "Hotel de la Perdición".
Los egipcios acuden al rescate
Tras el paréntesis de 16 años, la construcción se reanudó en 2008, cuando un conglomerado egipcio contratado para instalar la red 3G de Corea del Norte también reanudó las obras del hotel. La grúa abandonada, que por ese entonces ya se encontraba más que oxidada, se retiró finalmente de la cima de la torre y los trabajadores revistieron el edificio con los brillantes paneles de cristal y metal que lo adornan hoy. El proyecto se completó en 2011 y se anunció que el hotel estaría terminado para las celebraciones del centenario del fallecido presidente Kim II Sung, un año después.
Una mano amiga...
Un año después de que por fin se terminara el exterior del hotel, el grupo hotelero de lujo Kempinski anunció que colaboraría en su gestión y prometió una apertura parcial a mediados de 2013. El acuerdo prometía 150 habitaciones de hotel, tiendas, oficinas, restaurantes, salones de baile y un cine en las plantas inferiores. El anuncio fue acogido con sorpresa, sobre todo en Corea del Sur.
...que se retractó muy pronto
Kempinski se retiró del acuerdo pocos meses después, afirmando que "actualmente no es posible entrar en el mercado". Algunos apuntaron a las tensiones en torno a la prueba nuclear norcoreana de 2013, y la declaración también reavivó los rumores de que el edificio era estructuralmente inseguro, rumores alimentados por el derrumbe de un bloque de apartamentos de 23 plantas en Pyongyang un año después debido a unas prácticas de construcción deficientes. Otros rumores afirmaban que los huecos de los ascensores no estaban correctamente alineados, pero estas sugerencias nunca se han demostrado.
Un nuevo propósito
En 2018, el edificio volvió a cobrar vida, al añadirse una pared de luces LED a todo un lateral del hotel. Estas luces han desempeñado un papel en los esfuerzos propagandísticos del gobierno, proyectando fragmentos de la historia de Corea del Norte y eslóganes políticos desparramados por la vasta superficie acristalada del hotel, con una enorme bandera norcoreana salpicada en su parte superior.
Un escenario político
Incluso cuando las luces están apagadas, el hotel sirve de dramático telón de fondo para actuaciones de propaganda política. Por ejemplo, un grupo artístico que Corea del Norte envió a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Corea del Sur realizó una actuación muy publicitada frente al edificio antes de partir hacia Corea del Sur; mientras que, en 2009, el Primero de Mayo (también conocido como Día Internacional de los Trabajadores) se celebró con fuegos artificiales lanzados desde los laterales del rascacielos.
¿Es necesario un nuevo hotel?
A pesar de la aversión de Corea del Norte a los extranjeros, el estado ermitaño ha acogido un goteo constante de viajes organizados a lo largo de los años, por lo que ya hay varios hoteles funcionales en la capital. El Hotel Internacional Yanggakdo (en la foto) es el más grande, situado en una isla del río Taedong, mientras que el Hotel Ryanggang suele considerarse el más elegante, al menos hasta que el Ryugyong por fin abra sus puertas.
Una rara mirada al interior
Corea del Norte mantiene el hotel en el más absoluto secreto, por lo que Simon Cockerell (en la foto), guía turístico y destacado especialista en turismo de Corea del Norte, no podía creer su suerte cuando a él y a su colega Hannah se les permitió por fin echar un vistazo en 2012. Son los dos únicos occidentales confirmados a los que se ha permitido entrar en el edificio. Mientras dirigía viajes con el Grupo Koryo, Simon ha visitado Corea del Norte 182 veces, empezando en 2002 y terminando en 2019, cuando Corea del Norte cerró sus fronteras.
Vidrio y metal
La visita de Simon se produjo poco después de que finalizara el proceso de revestimiento del edificio con cristal, lo que permitió echar un vistazo único al interior inacabado y obtener primeros planos poco frecuentes del nuevo y brillante revestimiento de la estructura.
Cemento y hormigón
Simon describe el interior como "una obra en construcción". "Era todo cemento y hormigón", dice, y el interior estaba extremadamente escaso y desnudo. "Desde entonces se ha trabajado mucho, al menos en los pisos inferiores", añade, "pero es imposible decir cuánto falta para que esté terminado".
Espacios modernos
Algunas partes del edificio, como esta vista interior del paisaje urbano a través de ventanas que van del suelo al techo, no desentonarían en ningún bloque de oficinas o de apartamentos sin construir de ninguna de las principales ciudades del mundo.
Bienvenido al vestíbulo
Simon consiguió ver una notable sección transversal del edificio. Su visita comenzó en la planta baja y las entreplantas antes de ascender a la planta 99, donde se encuentra el mirador. Dice que es un error común creer que el edificio tiene 105 plantas; el ascensor de la construcción llegaba hasta la 99 y no tenía botones para otras plantas.
La vista desde la cima
Hay otro mirador en Pyongyang en lo alto de la Torre Juche de 170 m (560 pies), pero el de Ryugyong es casi el doble de alto. "Podías ver toda la ciudad y también la zona gubernamental sensible cercana", dice Simon. "Pregunté cuando se inaugurara si habría límites para que la gente pudiera hacer fotos allí arriba y me dijeron que eso se decidiría en el futuro".
Atravesando el horizonte de la ciudad
Aquí se puede ver el rascacielos desde el mirador de la Torre Juche, la segunda columna monumental más alta del mundo después del Monumento a San Jacinto, en Texas, Estados Unidos. El Monumento a San Jacinto mide 172 metros (567 pies) de altura, lo que sitúa a la Torre Juche en segundo lugar por una diferencia aproximada de la altura de un refrigerador promedio.
Pyongyang en miniatura
Desde el mirador de Ryugyong, la mayor parte de Pyongyang está tan abajo que parece hecha de Lego, pero también puedes ver otros importantes proyectos de construcción norcoreanos. Uno de los lados ofrece vistas del llamado Arco del Triunfo y del Estadio Rungrado Primero de Mayo, también conocido como Estadio Primero de Mayo, que pretende ser el mayor del mundo, con capacidad para 150,000 personas.
El mito del fracaso
Algunos informes dicen que el gobierno está intentando hacer como si el edificio no existiera y lo está borrando de las imágenes oficiales hasta que se inaugure. Simon dice que eso no es cierto: "Aparece en los libros, siempre se menciona con orgullo y no es ningún secreto". También dice que a los lugareños no les importa el tiempo que está llevando terminarla: "El plazo es largo, pero Pyongyang no es Dubai ni Shanghai, así que no creo que a la gente le moleste tanto. Además, han construido todo tipo de zonas de prestigio en la capital que tienen un aspecto impresionante desde entonces, así que hay mucho de lo que la gente puede sentirse orgullosa en cuanto a la construcción en la capital. No es el extraño elefante blanco que a menudo se supone".
Orgullo nacional
Simon predice que el hotel podría utilizarse con éxito como instrumento de propaganda en el futuro. "Sé que mucha gente se imagina que es un símbolo de vergüenza, pero creo que la población local lo ve de otra manera", afirma. "Lo ven como un proyecto a largo plazo, y también consideran que los retrasos en su finalización son culpa del mundo exterior (básicamente EE.UU.), al que se culpa de todo en Corea del Norte. Sin duda, si finalmente se inaugura, será muy publicitado allí como una especie de victoria masiva sobre las fuerzas enemigas".
¿Y ahora qué?
En junio de 2019, apareció una nueva señalización sobre la entrada del hotel con el nombre del hotel en coreano e inglés y su logotipo, pero sigue siendo imposible saber si está más cerca de completarse. Fue compartido en la plataforma de medios sociales X (entonces Twitter) por Alek Sigley, guía turístico y bloguero australiano que posteriormente fue detenido y expulsado de Corea del Norte al ser acusado de espionaje.
Espectáculos de luz por ahora
Por ahora, los espectáculos de luz de imágenes fijas y en movimiento aparecen todas las noches entre las 19 y las 22 horas y se han convertido en parte de la vida cotidiana de los habitantes de Pyongyang. Pero actualmente no hay señales de que se estén realizando obras, ni más información sobre cuándo podría abrir finalmente el hotel. Quizá tengamos que esperar todavía un poco para ver si el Hotel de la Perdición puede despojarse de su apodo y cumplir por fin su propósito...
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